Nos hemos especializado en el tratamiento de fobias y miedos al dentista.

¿Por qué tenemos miedo al dentista?

No existe una respuesta fácil.

Hay un miedo objetivo, que se basa en la constancia que todos tenemos de la gran sensibilidad de la boca. Por eso, pacientes que nunca han tenido una mala experiencia en una clínica dental, ni sus padres ni su entorno les han transmitido el miedo al dentista, acuden a la clínica asustados.

Existe un miedo transmitido en la infancia, por unos padres que tienen miedo al dentista y cuyos comentarios son absorbidos por el cerebro de los niños pequeños como por una esponja.

Hay también un miedo social, todo el mundo habla del miedo al dentista e, incluso, cuando un paciente comenta en la oficina que esta tarde tiene dentista, todos le compadecen y salen a la puerta a despedirle con cara de circunstancias.

Y, por último, hay un miedo adquirido por malas experiencias en la clínica dental.

El miedo se basa en la imaginación de un daño que no ha tenido lugar. La imaginación es una fuerza muy poderosa, y a veces puede sustituir a la percepción de lo real o racional.

El miedo al dentista puede ser realmente incapacitante, cuando nos impide cuidar la salud de nuestra boca.

Por eso, nos hemos especializado en el tratamiento de las fobias y miedos que nuestra profesión puede provocar.

Si te crees incapaz de dar un paso adelante por la salud de tu boca, ven a charlar un rato con nosotros. Solamente hablaremos, y buscaremos la posibilidad de dar soluciones a tu problema.

Por supuesto, aplicamos las técnicas más avanzadas para que el paciente no sienta la más mínima molestia.

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En cuanto al miedo infantil, te sorprenderá ver lo que se puede conseguir con un poco de paciencia. Los niños son fácilmente sugestionables, y, a la larga, los mejores pacientes que se puede tener.